... y dejan de seguir el hilo de la publicación y se pierde todo control sobre los lectores.
Vaya, ¿qué hacemos ahora? Hemos pasado de dar palmas de alegría cuando alguien comenta alguno de nuestros artículos a llevarnos las manos a la cabeza y decir... ¿QUÉ HAGO?
Estos casos ocurren mucho en temas que abarcan el interés de un gran porcentaje de la población, ya sea política, sociedad, la boda de la Duquesa de Alba o los deportes, un ejemplo claro es esta última entrada de El Señor Gordo sobre fútbol mezclado con temas sociales... y los comentarios hacen ¡boom! Se convierten en un hervidero de pullas contra el otro "rival". Lo podemos ver a diario también en cualquier noticia de los periódicos digitales. Ya que todos podemos opinar... opinamos, aunque muchos se olvidan de la educación y el decoro. Ocurre también que el autor pasa a un segundo plano —o literalmente deja de existir para los lectores— y su blog se transforma en un garito nocturno para beber copas y charlar —o despotricar—.
Pues bien, mi consejo es no hacer nada. Si algún comentario es ofensivo y traspasa los límites de la lógica con insultos, improperios o que atenten contra el honor de las personas, simplemente BÓRRALO. Si no es así, deja que los lectores hablen entre ellos, no suele durar más de un par de días, y por otro lado, se hace un boca a boca que te reporta visitas. Y si tu entrada ha tenido tanto éxito como para recibir tantos comentarios, alégrate, no te volverá a ocurrir hasta dentro de mucho.
qué alegría leerte de nuevo!
ResponderEliminary la imagen, cómo no! me encanta :)
Alegría la mía de saber que estás ahí! :))
Eliminar:)
Eliminarestoy, ana, estoy... sólo que dedicada a otros menesteres a muchos km de sevilla...eso sí (si todo va según lo previsto)en otoño habrá nueva minicolección!
mua!!